EUROPA
PRESS
7 diciembre
2018
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tips para cuidar de la piel con la llegada del frío
La llegada del frío afecta no sólo a
nuestra rutina diaria sino a todo nuestro organismo, y con ello, también a la
piel. Ésta se encuentra expuesta a las inclemencias climatológicas, siendo las
zonas más sensibles a las bajas temperaturas las mejillas, los labios, el
cuello, el escote y las manos, según precisa la Academia Española de
Dermatología y Venereología (AEDV).
Según explica a Infosalus la
doctora Agustina Segurado, jefa de la sección de
Dermatología del Hospital Universitario del Sureste de Madrid, con el frío la
piel tiende a resecarse más. La piel es el órgano más extenso de nuestro cuerpo
y su función principal es ser una barrera protectora. Como tal, necesita
mantener una temperatura corporal en torno a los 36-37 grados.
"Cuando bajan las temperaturas en el ambiente nuestro
cuerpo, y con ello la piel, pierden agua. Lo mismo sucede con el calor.
Entonces en esta época invernal la piel tiende a estar más seca que en otras
épocas del año", afirma la especialista.
A su juicio, también habría que añadirle el efecto de las
calefacciones y del viento, que secan aún más la piel. A su vez, indica que los
cambios bruscos del frío al calor, de entrar a un sitio calefactado
después de estar en la calle con un ambiente frío producen cambios en la vascularización de la piel, ocasionando muchos problemas
dermatológicos, como la dermatitis o la rosácea, por ejemplo.
Por ello, la doctora Segurado
defiende que durante la época de frío hay que insistir más a la hora de
hidratar nuestra piel. Según afirma la hidratación de la piel se inicia por la
limpieza diaria de la misma, preferentemente en esta época con jabones más
grasos o en aceite, y ésta debe realizarse tanto por la mañana al levantarse
como por la noche antes de acostarse.
Después, plantea insistir en la aplicación del tónico y de
la crema, y a veces sostiene que deben elegirse para estas épocas más frías
unas cremas más densas que las empleadas en otras etapas del año. "Hay que
insistir mucho en la hidratación de la cara, de las manos, y de los pies, zonas
dístales del cuerpo a las que llega peor la vascularización
y que con el frío se ven más deterioradas, se resecan más", remarca la
experta.
La importancia de
abrigarse
A su vez, aconseja beber más de 1,5 litros de agua fuera de
las comidas, y un apunte muy importante: abrigarse. "Debemos abrigarnos
bien porque el calor mantiene esa vascularización
estable y entonces la piel no sufre tanto. Es muy útil emplear guantes,
bufandas, gorros, además de usar los humidificadores, o colocar un recipiente
encima del radiador para que el vapor de agua que aparezca haga un ambiente más
húmedo", subraya.
Igualmente, ve necesario huir al máximo del estrés,
"que tanto daña la piel", así como dormir al menos 8 horas al día,
aparte de no olvidarse del Sol que, aunque no esté tan presente en esta época,
sí es necesario para el funcionamiento general del cuerpo. Recomienda en este
punto emplear cremas fotoprotectoras a diario, contra la radiación UV,
especialmente si se viaja a la montaña o a la nieve.
Por otro lado, desde la Fundación Piel Sana, la dermatóloga Nayra Merino, del Hospital Quirón de Tenerife y miembro de
la AEDV resume en 10 las recomendaciones ante la piel y el frío:
1. Hidratar a diario
y varias veces al día la piel: Especialmente importante en aquellas personas
que padecen algún tipo de dermatosis (dermatitis atópica, psoriasis, por
ejemplo). Emplear un emoliente adecuado a base de lanolina, o de urea, por
ejemplo, dice que ayudará a mantener una piel sana durante el invierno.
2. Evitar lavar
excesivamente las manos. Las dermatitis de desgaste que afectan al dorso de las
manos son un motivo frecuente de consulta en esta época del año, especialmente
en personas que por razones laborales se las lavan de forma repetida. Para
evitarlo se debe promover el uso de guantes y de cremas con efecto barrera.
3. No utilizar
productos agresivos para el lavado de cara y cuerpo. Escoger productos suaves y
testados dermatológicamente.
4. Evitar ducharse
con agua muy caliente o muy fría. Lo ideal es el agua tibia y no ducharse más
de una vez al día, ya que esto aumentaría la deshidratación de la piel.
5. Hidratar los
labios y protegerlos de la luz ultravioleta. Los labios sufren mucho en
invierno, más aún si se tiene alguna alteración de base.
6. No olvidar las
gafas de sol y la protección solar diaria también en invierno, especialmente en
zonas donde haya nieve, ya que ésta refleja el 80% de la radiación solar.
7. Usar guantes y
prendas de abrigo. Sobre todo aquellos pacientes con sensibilidad al frío y que
suelan padecer de perniosis (sabañones) o fenómenos
de Raynaud (dedos de las manos fríos y que tornan en
color blanco, azulado y rojo).
8. Huir de los
cambios bruscos de temperatura, ya que estos aumentan la posibilidad de
aparición de capilares dilatados (telangiectasias o
arañas vasculares) en la cara (especialmente mejillas). Aquí precisa 3
aspectos:
·
Los principios activos más recomendados para pieles no
sensibles son: la vitamina C, el ácido retinoico, el ácido glicólico y los hidroxiácidos (con importante función antiedad). Sin
embargo, hay pieles intolerantes que deben utilizar sustancias calmantes,
vasoconstrictoras y descongestivas, como el dexpantenol,
alfabisobolol, rusco, ácido glicirrético.
Además, tienen que evitar productos que contengan alcohol, conservantes o
perfumes. Por ello, es fundamental la valoración individual dermatológica de
cada tipo de piel.
·
La textura de la crema ideal dependerá también del tipo de
piel y de si se padece alguna afección de base: En general, el fluido será
mejor para las pieles mixtas o grasas y la crema para las maduras y secas.
Existen novedosas mascarillas y tratamientos de consulta, como la mesoterapia
con ácido hialurónico, que ayudan a una hidratación en profundidad.
·
El invierno es la mejor época para realizar tratamientos despigmentantes faciales intensivos, tanto domiciliarios
como en la consulta médica (peelings químicos o
mascarillas).
9. Cuidar la
alimentación. Aumentar el consumo de vitamina C y antioxidantes. No olvidar
beber entre 1,5-2 litros de agua al día.
10. Evitar el tabaco y
el alcohol, ya que repercuten de forma negativa en la salud de nuestra piel,
generando radicales libres. Además, el alcohol aumenta la dilatación capilar
facial.